Definiendo la mejor imagen corporativa

El cliente lo nota todo, él sabe si tenemos empleados satisfechos, si sabemos lo que hacemos, conoce nuestra reputación, conoce nuestros servicios y sabe perfectamente en qué lugar nos posicionamos entre las empresas que ofrecen el mismo servicio que nosotros… o al menos así debemos pensar a nuestro cliente cuando somos la empresa que ofrece cierto servicio, pues es una manera de impulsarnos a ser los mejores. Un hecho es que las personas que acuden a una empresa que utiliza uniformes corporativos para sus empleados, se sienten en manos más confiables y profesionales que aquellas que permiten cualquier código de vestimenta.

Los uniformes para empresas basan su importancia en que son la carta de presentación que tenemos para con el cliente y por supuesto, para otras empresas; nuestra filosofía laboral como es y como la queremos transmitir, puede mostrarse en gran medida a través del uniforme cuando está bien planeado. El nombre y el logotipo de la empresa son la “piel” de los empleados cuando tienen el uniforme puesto, por lo que también debemos estar seguros de que nuestro trabajador sepa cuál es la imagen que queremos que los demás tengan de nosotros.

De la vista nace el amor

En muchas empresas utilizan diferentes técnicas para definir cuáles serán los colores de sus uniformes: la psicología del color, los colores del logo de la empresa o sencillamente un color negro que aporta elegancia a quien lo usa, sin embargo todos y cada uno de ellos tiene un objetivo: atraer al cliente y forjar una imagen confiable.

Es necesario que entendamos que tener una buena imagen ante los clientes es igual a más dinero, mejor reputación y una subida de escalones para la marca, por esto es que no debemos dejar atrás ningún detalle. Hablemos un poco de los elementos de la imagen corporativa.

El grueso de las empresas e industrias tienen en su imagen un nombre de una o más palabras, evitando que sea muy largo para que sea fácilmente recordable, una tipografía o tipo de letra que dependerá mucho del tipo de negocio que sea y a pesar de que últimamente la moda es la Helvética, no para todas las marcas tiene buenos resultados. Otro elemento muy importante es la combinación de colores que irán en el logo o que acompañarán a la tipografía en caso de que ésta sea el logo de la empresa, pues una combinación “armónica” siempre atraerá más vistas que una combinación hecha de manera descuidada.

Hay cuatro objetivos principales de la imagen corporativa: que sea fácil de recordar por las personas, que los elementos (logo, colores, tipografía, uniforme) tengan relación con el servicio que ofrecemos, que nos ayude a diferenciarnos de los competidores y por supuesto no debe sonar parecido a alguna otra marca ya en el mercado, pues corremos el riesgo de ser confundidos por la competencia.

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