Efectos y crítica de la especulación financiera

La especulación financiera ha sido llamada la “magia negra” de las finanzas, y por buenas razones. En sentido general, especulación significa realizar operaciones comerciales o financieras que de algún modo afecten los precios, con la finalidad de obtener un beneficio económico. Estrictamente, todas las operaciones comerciales serán especulativas, sin embargo, el factor que define a las que se consideran especulativas radica en que se limitan al movimiento (y acumulación) de capitales.
La actividad especulativa en los mercados financieros requiere de una cuidadosa planeación, capacidad para responder adecuadamente bajo presión severa y constante, además de fuentes de información fiables. Los mercados cambian constantemente y quienes realizan inversiones en la bolsa deben estar en posición de tomar la mejor decisión en cuestión de minutos o segundos.
El impacto que tiene sobre la economía real puede ser de índole diversa. Por una parte, está la especulación que se realiza sobre productos, generalmente de amplio consumo como es el caso de los alimentos. Se han dado casos en los que algunos intermediarios de granos como el maíz retiran del mercado cantidades importantes del producto; al hacerse evidente que existe escasez, los precios automáticamente suben y quienes limitaron la venta ahora obtendrán pingües ganancias. Cabe destacar que la venta de los granos a precios altos se realiza antes de que los precios vuelvan a ajustarse a la baja.
Otro ejemplo puede encontrarse en el mercado de divisas, campo en el que se libra mundialmente una auténtica guerra, como lo han prevenido países como Brasil y numerosos especialistas en la materia.
En México, cuando crece la incertidumbre sobre la situación financiera de un país, muchas personas, ya sea por pánico o por especulación, comienzan a comprar dólares. El resultado es que la compra masiva afecta la fortaleza del peso y viene una devaluación.
Una situación semejante se presentó en 2009 cuando el Banco de México comenzó a subastar dólares que sacaba de sus reservas para evitar que el peso cayera frente a la moneda estadounidense. La medida fue duramente cuestionada pues a fin de cuentas, la devaluación continuó su curso, quizá mitigada por la intervención del banco central.
Tras la sacudida financiera de 2009 provocada por los prestamos de alto riesgo, los cuales sólo pudieron existir gracias a las prácticas especulativas de las instituciones crediticias, se ha dado una vigilancia más estrecha hacia los movimientos del mercado financiero e incluso se escuchan voces que piden una mayor regulación y la creación de autoridades internacionales en la materia.
Lo cierto es que mientras los bancos y las aseguradoras son rescatados por los gobiernos y la banca central internacional, el descontento general irá en aumento y los movimientos tipo Inconformes y Ocupa seguirán multiplicándose.

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