Los principales intereses de lanzar esta nueva agencia surgen con el objetivo de tener una agencia calificadora propia de crédito que pueda competir con S&P, Moody’s y Fitch; se encuentran en una etapa un tanto avanzada y se tratará de una nueva institución privada que tiene planes de empezar a operar este año.
El alemán Roland Berger aseguró que se espera que esta nueva calificadora -sin fines de lucro- pueda estar operando a más tardar al final del primer sexenio del año: este alemán ha tenido la tarea de realizar gestiones con gobiernos europeos y compañías de corte privado para conseguir respaldo y sobre todo financiamiento para poder montar la primera agencia calificadora europea: se espera que recaude 300 millones de euros de parte de los inversionistas europeos para poder dar el primer paso.
El modelo de esta nueva agencia tendrá servicios pagados por los propios clientes que quieran recibir resultados confiables. Para montar esta agencia, Berger cuenta con un socio: Markus Krall, quien será el encargado de montar la agencia, y aseguró que ésta se diferenciará por la aceptación de responsabilidades desprendidas de los análisis, lo que significa que un cliente afectado podrá reclamar daños a la agencia, lo que será de ayuda para la propia calificadora ya que se verán mas presionados a hacer el trabajo bien.
De la misma manera recordó que las agencias calificadoras de origen norteamericano han sido criticadas por sus diagnósticos de la crisis en la zona euro, sobre todo en el aspecto de que se han apresurado demasiado al bajarle las calificaciones crediticias que se encuentran inmersos en la Unión Europea, a pesar de que han tomado rescates financieros y programas de austeridad: recordemos que recién entrado el año, S&P rebajó las calificaciones crediticias a nueve países miembros, lo que definitivamente trae consecuencias negativas en el desenvolvimiento de la economía a un nivel regular.
La nueva agencia calificadora que se encontrará en Holanda tiene apoyo de miembros de la Comisión Europea y algunos gobiernos europeos, así como de China y algunos países árabes; de la misma manera se espera que los países que no se han unido para apoyar a esta nueva calificadora lo hagan en el momento en que empiece con sus actividades, lo cual no sería de sorprenderse, ya que gran parte de Europa consideró inconsistente la decisión de bajar las calificaciones de deuda soberana.