Shell es a nivel mundial uno de los más grandes proveedores de lubricantes que por séptimo año se coloca dentro de las empresas que abastecedoras de los mercados mexicanos, principalmente al mercado automotriz con sus marcas Rimula, Tellus, Spirax, Gadus, Argina, Pennzoil y Quaker State, marcas ampliamente reconocidas a lo largo y ancho del país no solamente por su calidad, sino por los años que ha estado presente.
Hoy en día a pesar de que es una de las principales marcas en México, busca ampliar su participación en el mercado con su línea de lubricantes industriales y aceites sintéticos de Pennzoil. Así lo aseguró Sergio Roldán, gerente regional de mercadeo de Lubricantes para México y el Caribe, pues hoy en día el mercado de los aceites sintéticos se ha elevado hasta un 7 por ciento, lo que indica una buena apertura para nuevos mercados.
Shell ha sido una empresa, a decir de los corporativos, comprometida con el medio ambiente pues la fabricación de los aceites lubricantes representa un fuerte impacto ambiental, a lo que la empresa ha buscado la manera menos agresiva de fabricar sus productos, teniendo en cuenta como principal factor de riesgo la emisión de gases invernadero, las cuales no solamente se han empezado a controlar, sino que se ha buscado la manera de capturar y almacenar el carbono producido.
Ahora bien, en México el mercado de aceites se calcula en 600 millones de litros al año, de los cuales la mayor parte se la llevan las aceites de motores y un 9 por ciento se va para el mercado de aceites sintéticos. Mientras se fabriquen más coches, se necesitarán más lubricantes, pero mientras más nuevo es el modelo, menos viscosidad requieren sus máquinas, por lo que pueden trabajar con aceites sintéticos.
Una nueva tecnología aplicada en esta empresa llamada PurePlus ayuda a convertir el gas natural en un elemento líquido, ingrediente utilizado en la fabricación de lubricantes que ayudan a aumentar el rendimiento de la gasolina, ayudando no solamente al motor del coche, sino a la economía de los conductores, pues por litro rinden más kilómetros dando como resultado un menor impacto ambiental; mientras menos gasolina utilice un coche, menos CO2 es producido.
Este nuevo aditivo ayuda a que el automovilista ahorre hasta un 4 por ciento, cumpliendo con una de los principales objetivos de la empresa, que es innovar en tecnologías.