Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
Todos los que buscamos una buena manera de llevar nuestras finanzas no podemos evitar sentir emoción cuando llega la época de rebajas, o la de rebajas sobre rebajas sobre rebajas… muchas personas incluso guardan buena parte de su aguinaldo para poder aprovechar esta temporada en la que aparentemente podemos ahorrar porque todo está en oferta y repentinamente eso que nunca hemos necesitado y probablemente nunca vamos a usar, se ve como el tesoro prometido.
No podemos negar hoy en día que vivimos inmersos en una sociedad en la que el poder adquisitivo y la cantidad de posesiones materiales significan éxito en muchos ámbitos y círculos sociales; hay para quienes no es qué tanto sepan o qué tanto hayan viajado y qué tantos libros hayan leído lo que importa, sino qué tanto pueden comprar y cuáles artículos de moda pueden tener y pavonear frente amigos, conocidos y compañeros de trabajo; las grandes tiendas y empresas saben esto, y por lo mismo, la temporada de rebajas para ellos es una mina de oro, pero ¿a qué se debe que nos sintamos tan emocionados con los descuentos?
En la posibilidad de comprar artículos de moda viene implícita un afán de superación, una necesidad de ser aceptados en sociedad y el sentimiento de bienestar que va acompañado de poder adquirir algo que nos gusta, es por esto que cuando escuchamos rebajas rápidamente nuestro cerebro piensa en lo que podemos adquirir y si el impulso es lo suficientemente fuerte, nos dejamos llevar y hacemos compra tras compra, lo que después nos puede traer una depresión y sentimiento de culpa.
Es algo común que experimentemos arrepentimiento o culpa cuando, víctimas de un impulso, hemos gastado más dinero del que podemos pagar por lo que es muy importante siempre tomar algunas precauciones antes de salir a hacer las compras:
Tal y como la recomendación de no ir al supermercado con hambre, en este caso se recomienda no ir a un centro comercial en época de rebajas sin una lista de qué es lo que realmente necesitamos para no perder el hilo.
Llevar un presupuesto limitado de lo que podemos gastar, ir directamente a la zona en donde está lo que vamos a comprar y llevar el efectivo específico para las compras. En caso de ir con tarjeta, llevar la cuenta de lo que hemos gastado.
Muchas personas recomiendan que si no tenemos efectivo a la mano, no vayamos de compras en época de rebajas, pues es prácticamente seguro que vamos a gastar de más.
En muchas partes del mundo la población tiene el llamado consumo irreflexivo o innecesario, que consta de comprar cosas que no necesitamos haciendo caso a impulsos pasajeros, evitemos consumir sin pensar para evitar problemas financieros en el futuro.