Por: Isabel Gonzalez Tellez
En los tiempos de nuestros padres y nuestros abuelos, las personas podían acceder a plazas de trabajo que mantendrían durante toda su vida, podrían venderlas o heredarlas y ser pensionados, para vivir “cómodamente” durante su vejez. Sin embargo en la actualidad, el escenario es desalentador cuando se trata de pensiones ya que la mayoría de los trabajadores millenials nunca serán pensionados.
Cada generación que pase, cobra de pensión menos que la anterior; un estudio de la OCDE indica que las personas nacidas en la década de los 90 no recibirán ni el 50% de su último salario cotizado.
Por otro lado, datos de Principal Financial indican que en el año 2021 la generación Afore de trabajadores que comenzaron a trabajar después de julio de 1997 no tendrán una pensión tradicional, sino que tendrán que ajustar su presupuesto según el ahorro en su cuenta individual de fondos para el retiro. Por esta razón podríamos ver a trabajadores que extiendan su edad de retiro para seguir ahorrando antes de jubilarse, lo cual podría crear una generación de “adictos al trabajo” pues lo ahorrado probablemente no sea suficiente para dejar de trabajar; otro posible escenario es que el índice de autoempleo e informalidad se incremente debido a la falta de oportunidades laborales.
Actualmente solo el 33% de la población económicamente activa cuenta con seguridad social, es decir, 7 de cada 10 mexicanos no cuenta con Afore, un mecanismo básico de ahorro que además, podría no ser suficiente para los 3 que sí lo tienen. En México solo 1,766 de las más de 5 millones de empresas ofrecen un plan de pensión a sus empleados como prestación y sólo 1 de cada 10 trabajadores que cotizan al IMSS cuentan con prestaciones adicionales para su retiro laboral; lo que implica un riesgo de pérdida de calidad de vida en el retiro, pues al momento de la jubilación la persona puede padecer enfermedades (algunas incluso contraídas a causa del trabajo) y necesitar de cierto nivel de ingresos económicos para mantener su estilo de vida.
El experto de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, Alejandro Turner, explicó que la creación de planes privados de pensión se redujeron a raíz de la Reforma Fiscal, que disminuyó la proporción deducible dentro de las prestaciones laborales.
Crear una cultura de ahorro voluntario es la mejor alternativa para los millones de trabajadores mexicanos que no cuentan con prestaciones para su jubilación, para lo cual debemos suprimir los gastos innecesarios, generar un pequeño “colchón” con dinero destinado para el ahorro sin importar que el monto sea pequeño, liquidar deudas y dejar de generar más deudas con intereses negativos que merman nuestros ingresos.