No es ya un secreto que el poder adquisitivo del mexicano ha decrecido dramáticamente; empresas financieras han revelado últimamente datos que dejan ver la verdadera cantidad de pobreza que existe en las entidades del país. Evidentemente esto lleva a que gran parte de los mexicanos no cuente con una casa, situación que el Gobierno Federal busca revertir mediante distintas iniciativas.
Hace poco, se inauguraba en Yucatán la Feria de la Vivienda, con lo que el presidente de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) pretendía acercar a los mexicanos la posibilidad en el mundo de la venta de casas por medio de diferentes alternativas, ya que asegura que hoy no solamente el Infonavit facilita créditos hipotecarios a quienes buscan hacerse de una propiedad por la que no tengan que estar pagando una renta.
Sin embargo, muchas personas se inclinan por la renta de casas no solamente por la comodidad de mudarse cuando quieran, sino también por la falta de confianza en las instituciones financieras. Para borrar esta inseguridad y desconfianza que muchas personas tienen hacia dichas instituciones, se recordó a los participantes de la Feria que la Política Nacional de Vivienda tiene como objetivo coordinar a las instituciones para que todas trabajen bajo las mismas reglas, bajo la misma dirección, evitando que haya lugar a corrupción o abuso hacia el cliente.
El año pasado, el Fideicomiso Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo) hizo entrega de un total de 24 mil casas, de la mano con la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) quienes entregaron una gran cantidad de financiamiento a la vivienda, alcanzando en total lo 18 mil millones de pesos. En este evento, también se hizo entrega de insumos para la autoconstrucción de viviendas dignas, esto para las personas con discapacidad.
Entre los objetivos de la feria se pretende ayudar a las personas a que tengan mayor capacidad de obtener viviendas que se adecúen a sus necesidades, ya que no se trata, (a decir del titular de la Sedatu) de entregar cosas malas o hechas a medias, sino de implementar acciones para que las personas se sientan más capaces y seguras de obtener sus propias residencias, olvidándose de la renta y los problemas que la misma acarrea.
Se planea que de estas 10 millones de personas que aún no tienen una casa propia, el número se reduzca cada vez más, ya que hay zonas en donde la demanda por viviendas es mucho más densa.