Las bolsas europeas han operado ha la baja desde el fin de semana, y es que día con día crece la incertidumbre, a pesar de las medidas que han impuesto los gobiernos español, griego e italiano, los cuales son los que más llaman la atención de la comunidad financiera internacional, debido a las fuertes deudas que han contraído con la banca internacional y con gobiernos como el de Alemania.
Las causas de la crisis en estos países son múltiples y han sido ampliamente abordas en los últimos meses; hasta premios Nobel se han dedicado a explicar el origen de la crisis, al mismo tiempo que critican las insuficientes, o de plano deficientes, medidas que han adoptado los gobiernos de aquellos países. Entre los errores más graves que se mencionan está el de financiar el rescate de los grandes jugadores bursátiles con cargo a los bolsillos de las próximas tres o cuatro generaciones de ciudadanos españoles.
Mientras tanto se especula cuál será el destino del Euro. Amado por muchos, odiado por más, la moneda común europea ha sido señalada como una de las causales más importantes de la crisis global, ya que ha obligado a los países que lo han adoptado a forzar una paridad monetaria que su producción y situación financiera no estaba en condiciones de soportar. En este mundo interconectado, el desplome de una economia nacional tiene como consecuencia el arrastre de otras en condiciones semejantes.
Pero eso no es todo. Las alarmas se encienden cuando se murmura la palabra “crisis” y la desconfianza de los inversionistas es lo que más duramente golpea a las economías nacionales, ya que todos los índices de confianza se desploman al mismo tiempo que todas las primas de riesgo se elevan hasta las nubes. El resultado: nadie quiere inyectar dinero en esos países, pero los países tienen que desembolsar más dinero para seguir enfrentando sus compromisos monetarios, especialmente los contraídos con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
En resumen, las cosas no están claras en Europa y habrá que esperar a ver cuáles son las decisiones de los grandes grupos que concentran el liderazgo mundial, como el G-7, G-8 y, en menor medida, el G-20. La desaparición del Euro es cosa declarada en algunos círculos políticos mientras que otros, más comprometidos con los supuestos ideales de la comunidad europea, aún propugnan por mantenerlo y, así, evitar la desintegración de los países de la zona.
Yo creo que el euro trajo más problemas que soluciones, es verdad que unificar la moneda en todo un continente podría haber facilitado los intercambios comerciales pero hay que ver el caso de Inglaterra que no aceptó sumarse al euro y tiene una economía mucho más estable que las de los otros países.
Es una pena ver que la crisis ha afectado a todo lo largo y ancho del mundo, las guerras, las enfermedades, todo ha contribuido para que nos encontremos en aprietos económicos y lo único que queda es esforzarse cada día más para sacar adelante a nuestras familias y tener una vida digna.