Participación en la Bolsa Mexicana de Valores

La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) es una Sociedad Anónima de Capital Variable, cuya junta de accionistas se compone de varias casas de bolsa. Su propósito es proporcionar un espacio para que los participantes del mercado financiero puedan realizar las operaciones de emisión, cobro e intercambio de instrumentos de deuda.
La BMV funciona con base en una concesión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sin embargo, no entra en sus funciones regular las prácticas de los inversionistas, tarea que se reserva para la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Las empresas cuyas acciones cotizan en la BMV deben cumplir con una serie de requisitos, con la intervención de una casa de bolsa autorizada. En primer lugar, las propias BMV y CNBV deben permitir el ingreso de la empresa al Registro Nacional de Valores e Intermediarios (RNVI). A continuación, es necesario comprobar que se cumplen con las condiciones que la BMV impone a sus integrantes.
Entre las exigencias para la participación se encuentran la aportación de una cuota de inscripción, así como rigurosos exámenes sobre la viabilidad y la salud financiera de la empresa, misma que debe hacerse pública.
Por lo que corresponde a las empresas o particulares que no desean o no pueden cotizar en la BMV, existe la posibilidad de adquirir instrumentos de deuda, ya sea en el mercado primario o en el secundario. Todas las operaciones se realizan con la intermediación de una casa de bolsa, capacitada y autorizada por la CNBV.
El mercado primario consiste en las ofertas que las empresas participantes de la BMV extienden al público a través de las casas de bolsa. A ésto se le llama colocación de valores en el mercado. A través de este mecanismo, las empresas obtienen financiamiento a cambio de la promesa de reembolsar el capital invertido más un interés variable.
El mercado secundario es aquél en que los tenedores de los instrumentos  realizan operaciones de compra y venta de ellos, mientras se especula con su valor. Ésta es la fase más riesgosa y requiere que el agente de la casa de bolsa encargado de manejar las inversiones se mantenga enterado de los movimientos financieros y las tensiones políticas, factores que ponen en movimiento el aumento y disminución del valor de las acciones.
Al contrario de lo que sucede con las bonos gubernamentales, los valores que se juegan en la BMV son más susceptibles al riesgo, tanto de inversión como de capital. Aunque en principio las regulaciones para la participación en el mercado de valores busca limitar estos riesgos, tanto los excesos por parte de los especuladores como la inexperiencia de algunos participantes pueden producir pérdidas o caídas en las tasas de interés que pongan en dificultades a las finanzas púbicas.