Uno de los momentos más temidos en las empresas son las auditorías, que pueden llevarse a cabo por abogados fiscalistas internos, o contratados por la compañía, o bien, por expertos de autoridades públicas como el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Las auditorías tienen como finalidad conocer detalladamente cómo se ha efectuado la gestión de una empresa, especialmente si se está realizando de forma correcta o hay algunas incidencias que pongan en peligro el estado financiero o fiscal de la empresa.
Por lo anterior, más que una obligación legal o un requerimiento por parte de abogados bancarios, la auditoría debe realizarse como una herramienta de apoyo para la organización, y que se puede llevar a cabo de forma programada cada tres, seis, nueve o doce meses para detectar cualquier posible actividad fraudulenta o inapropiada.
De acuerdo con Angelica Fuentes, durante una auditoría, el encargado debe comprender el negocio, conocer el estado fiscal y contable, además de hacer comparaciones, evaluaciones, análisis, recolección de evidencias y otros datos concernientes a las actividades de la empresa durante un periodo determinado, de modo que se asegure de que la información registrada concuerde con el resultado de la auditoría.
Por ejemplo, en el caso de una auditoría realizada por el SAT, los especialistas se encargarán de analizar la información presentada en las declaraciones mensuales, las facturas emitidas, los ingresos declarados, cotejándolos con los gastos declarados. Sin embargo, si la autoridad tributaria lo considera necesario, puede pedir más información al banco donde se encuentra la cuenta fiscal del contribuyente.
Los bancos se encuentran obligados a proporcionar información sobre los depósitos que se efectúen a la cuenta del contribuyente. Y, si el SAT se percata de que el contribuyente está obteniendo ingresos que no declara, puede comenzar a indagar en otras cuentas bancarias, como en las del cónyuge del contribuyente o sus padres, en el peor de los casos, ya que la discrepancia fiscal enciende las alertas de casos de evasión de impuestos, lavado de dinero o ingresos ilícitos.
Ahora bien, en el caso de una empresa que realiza auditorías a su personal, estas tienen un objetivo similar, ya que se encargan de verificar que los productos que se encuentran en el sistema, estén físicamente en las bodegas o almacenes; asimismo, buscan que los tickets de venta coincidan con el dinero en caja, la cantidad de productos que faltan en los anaqueles y los registros del inventario.
De no coincidir la información anterior (entre otros datos de gran importancia) puede ser una señal de mal manejo de los empleados, e incluso de robo en algún punto de la cadena productiva.
Como verás, las auditorías no se limitan al pago de impuestos ni son algo malo, ya que ayuda a la identificación de problemas, mejorar los procedimientos y minimizar los riesgos para tener mayor eficiencia en cada nivel de la organización.