La economía estadounidense en los albores del siglo XXI.

Para poder mantener las tendencias al alza que se habían logrado en la década anterior, se dio la aplicación de una política monetaria, que trajo consigo una reducción de los intereses del 3%, y una política monetaria restrictiva, para evitar un rebrote inflacionista. Gracias a todas estas medidas, en el año de 1999, se dan 8 subidas consecutivas en las tasas de interés, alcanzando el 6.5%.

A pesar de  estos logros, todos se dieron en una zona superficial ya que se dieron grandes desequilibrios macroeconómicos, como la burbuja financiera que se fue inflando por 10 años de falso crecimiento, esto debido a la gran confianza que se empieza a depositar en la bolsa de valores. Ya que las empresas buscaban una mayor tasa de ganancia, empiezan a invertir todo dentro de los mercados financieros. Esto queda claro cuando las compañías de Internet aumentan su capitalización bursátil de 145 mdd en 97, a 1.6 millones de millones de dólares en 99, lo que hizo que en la actualidad, el capital financiero supere por mucho al de bienes y servicios en EU, y trajo consigo el endeudamiento de las familias y compañías norteamericanas, ya que el banco les prestaba sin restricciones ante la gran bonanza que estaba teniendo este sector. Aunado a esto, la capacidad de ahorro de los ciudadanos norteamericanos ha sido bastante desfavorable, descendiendo en 2001 hasta el nivel más bajo de la historia, además de la elevación de los flujos financieros externos en un 1.5% más: a consecuencia de estos factores, la economía norteamericana, se veía con una tendencia hacia la recesión por dos lados: el descenso suave, que sería caer al 2 o 3 % de crecimiento anual, o el duro, que sería disminuir hasta el 1%. Esta recesión anunciada empieza en 2001, perdiendo, según Nasdaq, el 60% de las ganancias y la reducción de 1.3 mdd en la Bolsa de Valores. La compañía Cisco Systems, cayó 10%, Intel, 11%, además de que 370 empresas de Internet quebraron, mientras que las que quedaron tenían su capital detenido o invirtiendo mucho menos que en años pasados.

Si no fuera poco, los acontecimientos del 11 de septiembre agudizaron esta recesión, decreciendo en -.4%, trayendo consigo el recorte de 250 000 empleos, teniendo su peor caída desde la crisis del 29. Se da también la caída de las inversiones empresariales y el desplome de las erogaciones de software, afectando así el 1.53% del PIB.

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