Regreso de políticas económicas proteccionistas

La incertidumbre sobre la conflictiva situación financiera en la Unión Europea ha provocado que diversos países que no son de la región vean con buenos ojos retomar medidas económicas vistas como proteccionistas por la Organización Mundial de Comercio. Esto significa que los gobiernos apliquen políticas que beneficien a ciertos sectores productivos por encima de otros.
Un buen ejemplo de lo que la OMC considera proteccionista es la agricultura. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón ofrecen subsidios a los productores locales y aplican cuotas elevadas a la exportación. Estas medidas buscan minimizar la dependencia alimentaria, en razón de la inestabilidad de los mercados y el alza en los precios de los alimentos. La propia Organización de las Naciones Unidas ha reconocido en un informe reciente titulado Situación económica mundial y perspectivas para 2012, que el riesgo de una escasez global de alimentos es un escenario posible.
Algunas medidas no son implementadas por los gobiernos sino por los Bancos Centrales. Una de ellas, la inyección de papel moneda, tiene la intención de reducir el impacto de las alzas en las tasas de interés, aunque la circulación de mayores cantidades de efectivo genera inflación y la depreciación de la moneda. Si a una situación como ésta se añade un elevado índice de desempleo el resultado general de esta política puede ser desastroso.
Inyectar liquidez en el mercado bien podría estimular la economía y servir de contrapeso para la reducción del crédito bancario. Sin embargo, la mayor parte del circulante no llegaría a la economía real debido a la poca demanda de crédito y la inestabilidad del panorama financiero global.
En cambio, en otros países se ha optado por otorgar estímulos fiscales variados. Para las pequeñas y medianas empresas se hacen reembolsos si presentan a tiempo sus contribuciones; la protección del ambiente y la responsabilidad social también son recompensadas con deducciones fiscales.
Pese al resurgimiento de esta tendencia económica, los tratados comerciales internacionales y las regulaciones de la OMC contienen a los países que buscan actuar en esa dirección. Además, los inversionistas trasnacionales tienden a retirar sus capitales cuando no se les garantizan las mejores condiciones. La propuesta de la cúpula de comercio apunta hacia la cooperación internacional para reducir los efectos negativos de la desaceleración económica.
Finalmente, lo que más preocupa la OMC es la creciente tendencia hacia el populismo, de corte proteccionista. Combinado con la aplicación de medidas de austeridad, estos factores provocan la huída de capitales y resultan, a largo plazo, más onerosas.